martes, 24 de marzo de 2009

NUESTRA HISTORIA!!!


Leonardo y Oscar están enamorados, y aunque ni la Iglesia ni las leyes mexicanas reconocen el matrimonio homosexual, este sábado se "casarán" en lo que será la primera boda de este tipo que se hace pública en Xalapa, Veracruz y quizá en el país.Entre sonrisas, nervios, orejas que por momentos se ponen coloradas, Leonardo, de 20 años y Oscar, de 26, ya esperan su matrimonio, que se realizará mediante una ceremonia simbólica que oficiará una colaboradora del Centro de Estudios Sociales Xochiquétzal, mientras, la pareja recuerda cómo empezó todo. Fue hace dos años de manera casual, dice Oscar... ese día estaba en Coatepec, cuando su primo le dijo que porqué no platicaba por Internet con un amigo para que no se aburriera... lo hizo e inmediatamente sintió que hubo un "clic".Después se empezaron a tratar, inició el amor, por los sentimientos, la sencillez, las palabras que se decían por teléfono, hasta que una semana después se vieron en persona.Oscar no duda, dice: "Fue amor a primera vista; los dos nos quedamos impactados cuando nos vimos por primera vez". Y es que, admite, lo primero que le llamó la atención de Leonardo fue lo físico, porque entonces no conocía su interior, sólo le gustaba.Poco después decidieron ir "al antro", y aunque ahí no pasó nada fuera de lo normal, la segunda vez que se vieron tuvieron su primer beso, dice con chispas saltando en sus ojos.Entonces decidieron sacar adelante la relación, aunque la verdad, comenta Leonardo, al principio no le veía futuro, porque Oscar dependía mucho de su familia, pedía permiso para salir, tenía un horario para llegar, y en cambio él era muy liberal, a pesar de que apenas tiene 20 años; en esa época contaba con 18.Sin embargo, la relación iba bien y avanzando muy rápido, tanto, que unos meses después decidieron irse a vivir juntos.Leonardo calla un segundo como para tomar fuerzas. Y es que, dice, a pesar de su amor el inicio fue difícil; en su familia tenía problemas porque no aceptaban que fuera gay ni que se saliera de su hogar para irse a vivir con Oscar, aunque ahora, sonríe mientras mira a Oscar, lo adoran; él poco a poco ha logrado impactar a su familia. Atrás han quedado los días en que su mamá no creía que fuera homosexual, aquellos momentos en que la veía triste. Ahora lo asimila, les sonríe y desea lo mejor.No obstante, insiste, al principio nadie aceptaba que fuera homosexual, porque antes a sus parejas sólo las presentaba como "amigos". Fue con Oscar cuando decidió "salir del clóset", aunque un año antes ya había asumido su sexualidad, cuando durmió por primera vez con un hombre.Entonces se dio cuenta de que las relaciones con las muchachas "me daban flojera", se dio cuenta que sentía que los hombres lo comprendían mejor, que lo escuchaban.Al principio tenía miedo de que la familia de Oscar los corriera de la casa que óa pesar de la resistencia a aceptar la relaciónó les regalaron para que no pasaran tantas dificultades, pero Oscar lo tranquilizó, le dio apoyo; eso también le despertó el amor, pues él siempre lo defiende, incluso cuando alguien habla mal de él. También, dice, ama que con él sea juguetón, mimoso, que lo anime cuando está triste o que a veces para contentarlo de algún enojo le dé lo que él llama "detallitos", aunque la verdad, admite, se han peleado, principalmente porque en "el antro" alguien se le queda viendo a Oscar, y a él le entran celos.Pero en general, añade, su homosexualidad no es problema; nunca ha sentido discriminación laboral o social, a pesar de que en cierta forma a veces tienen que mantener al margen de la sociedad su amor. Ambos saben dónde y cómo comportarse, que para tomarse la mano o besarse sólo pueden estar en los "antros" o en "cafés de ambiente", que incluso en las casas de sus familias se deben reservar, pues a pesar de que en ocasiones se han dado cariños en pleno centro, no ha sido en muchas ocasiones, porque Oscar siente como que lo ve la gente, o que en el camión murmuran.Sin embargo, a Leonardo la gente lo tiene sin cuidado, por eso algún día quisiera adoptar un hijo, pues pese a que quizás su hijo se sienta extraño teniendo dos padres, desde chico se le explicaría lo que pasa.En esto coincide Oscar: "a mi hijo le diría quiénes son sus padres, cómo es nuestra relación, que es diferente a la de una mamá y un papá, se lo diría, porque si se lo escondemos sería más difícil después, o que se enterara por la escuela, por sus amigos... si nos quiere lo tiene que entender".No quiere pasar lo mismo que cuando le declaró a su mamá que era gay y que quería a Leonardo. Entonces, dice, tuvieron una pelea muy fuerte. Ella explotó: "cómo crees óme dijoó, yo no tengo un hijo puto, me dijo palabras altisonantes que me hirieron", pero sabe que fue por la discusión. Su mamá, recuerda, no lo quería ver, le dijo que se fuera de la casa. El lo hizo y se fue con Leonardo, aunque al principio vivieron en una casa de una amiga, un cuartito de cuatro paredes que para ellos fue suficiente. A su familia aún le duele, siente vergüenza de que sea gay porque quisiera haber tenido un hijo con una pareja heterosexual y eso que la gente llama "normal".Poco a poco su madre asimila cómo es; sin embargo, Leonardo aún es un tema prohibido en su casa, porque cuando quiere hablar de su pareja le piden que no diga su nombre, "mejor di tu amigo, me dicen, tratan de evitar que se hable de él". Esto lo hace sentirse mal, pero lo acepta. Incluso no sabe si invitará a sus padres a la boda, no sabe si les dirá que se casa porque tiene miedo de decirles, de invitarlos porque sabe que no irán, y no quiere más problemas en su relación.Además, este sábado debe ser un día feliz, sobre todo para Leonardo, quien siempre tuvo el deseo de casarse, tener su fiesta, compartirla con amigos.Incluso tenía la ilusión de casarse con velo, vestido largo, un maquillaje especial, pero al final decidió que no, pues para demostrar su amor por Oscar era suficiente casarse.Esta unión, dice, también servirá para saber quiénes son los que verdaderamente los quieren y apoyan, porque la realidad, menciona, es que en el país por machismo mucha gente no acepta al gay y menos que se case. México, asegura, es una nación "cerrada, ignorante, homofóbica... no soporta ver a la gente feliz porque la quieren destruir".La gente, por puro prejuicio sigue pensando que los homosexuales son malos, agresivos y libertinos, dice; por lo mismo los dos están dispuestos a irse a España a casarse, donde el matrimonio gay ya es legal.Fuera de esto, a Leonardo lo único que le preocupa de su matrimonio es que un día Oscar lo deje de querer por una insignificancia, ya que la misma comunidad gay no respeta las relaciones entre personas del mismo sexo; "no puede ver a la gente feliz", insiste.Han pasado varios minutos, ambos hablan de su boda... aunque a ciencia cierta no saben qué significado tendrá que el suyo sea el primer matrimonio homosexual que se hace público en Xalapa, pero quizás, dicen, esto haga que otros se atrevan a casarse, pues muchas parejas, piensan, no lo hacen por temor al rechazo.XOCHIQUETZALLeonardo y Oscar serán "casados" por gente de Xochiquétzal, un centro de estudios sociales integrado por cerca de diez académicos e investigadores comprometidos con la promoción de la salud sexual y reproductiva, reconociendo la importancia del placer responsable y el aprendizaje desde y para la sociodiversidad, entendida ésta como el respeto y el derecho a la diferencia.De acuerdo con la política interna, este grupo trabaja en forma profesional, científica, democrática y humanista para la formación integral de la persona, con los objetivos institucionales de difundir información sobre salud sexual y reproductiva, así como el placer responsable y la sociodiversidad.

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