Hubo un tiempo que pensaba igual que tú.
Pensaba que no valía la pena decir quién era por temor a "perder todo", y me refiero a amigos y familia. Cuando se los dije a ellos, amigos familia, sus reacciones me sorprendieron por la tranquilidad y madurez con que lo tomaron, y entonces entendí, que realmente no vale la pena esconderse y quedarte con esa super carga de pretender ser algo que no eres. Creo que lo que empeora las cosas es el silencio pues no hay nada más satisfactorio que levantar la cabeza ante una realidad (el ser gay)que ante el silencio incómodo que ocasiona la mentira, porque quieras o no, todos nos enjaulamos en nuestras propias mentiras.La homofobia es un miedo intenso y sin razón a los homosexuales, y constituye una tragedia doble. Aquellos de nosotros que tememos u odiamos a los homosexuales solemos pensar que no conocemos a ninguno, aún cuando puede haber cierto número de personas con quienes socializamos, trabajamos o tal vez hasta convivimos, que son gays o lesbianas. Al mismo tiempo, muchos homosexuales se pasan la vida escondidos "en el closet", temiendo que la homofobia destruya sus relaciones familiares, su amor propio o hasta sus mismas vidas. Por desgracia, la gente homofóbica se la pasa perpetuando ciegamente ideas falsas sobre los homosexuales que pueden llegar a ser muy hirientes
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